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domingo, 20 de enero de 2013


Aseguró Fernando Soto Rojas

Represión de la dictadura de Pérez Jiménez se quedó en pañales al lado del Puntofijismo

Fernando Soto Rojas acusa a la dirigencia que asumió el poder en 1958 de traicionar la voluntad del pueblo (foto:archivo)
Alguien que, como el diputado Fernando Soto Rojas luchó contra Marcos Pérez Jiménez y luego contra el régimen del Puntofijismo, no se llama a engaños. El parlamentario afirma, sin dudarlo ni un minuto, que la represión perezjimenista se quedó en pañales al lado de la impuesta por los gobiernos de Acción Democrática y Copei, y acusa a la dirigencia que asumió el poder en 1958 de traicionar la voluntad del pueblo.
Por ello, evalúa como un exabrupto que factores del antichavismo pretendan convertir esta fecha en un motivo de protesta contra la Revolución Bolivariana el próximo miércoles.
“Si hacemos el balance del siglo XX, las dictaduras de Juan Vicente Gómez y de Pérez Jiménez son unas adolescentes al contrastarlas con lo que hicieron los líderes de Punto Fijo contra el pueblo”, aseveró el expresidente de la Asamblea Nacional, en conversación con el Correo del Orinoco.
Incluso un personaje siniestro como Pedro Estrada, responsable de la Seguridad Nacional, no tiene punto de comparación con los crímenes cometidos por el Estado entre 1958 y 1998. “Pérez Jiménez al menos se responsabilizaba por sus detenidos. El Puntofijismo no”. Prueba de ello es lo que ocurrió con el hermano del propio Fernando, Víctor Soto Rojas, a quien se presume que lo lanzaron vivo desde un avión en 1964.
-¿Por qué fue tan feroz la represión del Puntofijismo?
Porque el movimiento popular tenía una dimensión mucho mayor que en el pasado, la gente levantaba las banderas de la Revolución Nacional. Siguiendo instrucciones de Estados Unidos se impuso en Venezuela y en América Latina la línea de la liquidación de las y los dirigentes populares.
-¿Por qué se prestaron para eso?
-Porque no había cómo contener esa fuerza. Si dejaran el juego libre, democrático, triunfaban las revoluciones. En Venezuela se habla de más de 2 mil desaparecidos. Y en América del Sur de al menos 50 mil.
-¿Calificaría al Puntofijismo como un régimen?
-Como un régimen autoritario y delictual, que no ha saldado cuentas con el pasado. Durante el Puntofijismo hubo consultas electorales, pero en el contexto de la política del “acta mata votos”.
Para el dirigente bolivariano es muy importante desmontar la idea de que en el país hubo un sistema democrático entre 1958 y 1998. “Esos partidos nunca jamás representaron legítimamente a nuestro pueblo”, alegó.
GOLPES PREVENTIVOS
Hace 55 años “se dio el 23 de enero de 1958 en un contexto en que los gobiernos autoritarios militaristas estaban esencialmente agotados, como el de Pérez Jiménez. Los pueblos estaban despertando, luchando por la democracia”, rememora. Además, algunas de sus medidas “chocaron contra la política del Departamento de Estado”, y tal como lo puntualiza Soto Rojas, la realidad es que “todos los golpes de Estado que se han dado en Venezuela y en América Latina han sido ‘golpes preventivos’ para evitar estallidos revolucionarios y agudizar la lucha de clases. Esta es una constante en América Latina, solo que con la Revolución Bolivariana falló esa línea, porque ellos no toman en cuenta el sentir de los pueblos”.
En el caso venezolano, hace más de cinco décadas, “hubo algunos elementos que agudizaron la situación: el descontento popular, vinculado con la deuda histórica que nos legó el rentismo. Había síntomas de endeudamiento del Estado, déficit fiscal, problemas de caja. A esto se sumaron la carta pastoral de monseñor Arias, la huelga universitaria del 21 de noviembre y la rebelión militar del coronel Hugo Trejo del 1 de enero de 1958. Esos factores se conjugaron en la huelga general del 23 de enero de 1958, y se derrumbó la junta militar”.
Se acumuló fuerza militar y fuerza popular, analiza el diputado, “pero eso no se conjugó en un mando único. Mientras tanto, la burguesía -siempre cipaya con el imperialismo yanqui- venía preparándose desde el pacto de Nueva York, en 1957, suscrito entre Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, con la presencia del Departamento de Estado de Estados Unidos. Ese acuerdo se concretó con el Pacto de Punto Fijo”.
Una vez derrocada la dictadura “la burguesía se dedicó a apaciguar al pueblo, e impuso la tregua obrero-patronal y el mecanismo burgués de la democracia representativa. En un año los adecos se organizaron con 600 mil personas, controlaron el movimiento de masas y ganaron las elecciones en diciembre de 1958”. En ese momento “los sectores radicales vimos la inviabilidad política del Pacto de Punto Fijo y nos precipitamos en la lucha armada”.
UN RÉGIMEN DELICTUAL
La oposición quiere, en el presente, hacer un paralelismo entre el 23 de enero de 1958 y el de 2013.
-La democracia es el poder del pueblo. En la Cuarta República nunca hubo un régimen democrático. El Puntofijismo fue un régimen delictual, caracterizado por la entrega de la soberanía del país, la corrupción administrativa suficientemente demostrada y los desaparecidos, muertos y masacres. No hay punto de comparación con el presente. Si hay comparación es en el hilo histórico popular, en que es posible lograr la unidad vinculada con un programa de lucha.
Hoy, agrega, “podemos decir que, con la Revolución Bolivariana y el liderazgo de Chávez tenemos un programa: la Constitución Bolivariana, que nos ofrece una sociedad justa y amante de la paz. Tenemos el programa de la patria, con sus 5 objetivos históricos, sus 23 objetivos nacionales, sus 100 objetivos estratégicos y 323 objetivos de carácter nacional”.
-Si no hay elementos en común, ¿por qué la oposición quiere establecer la comparación?
-La oposición no ha saldado cuentas con la historia. No hay balance de los años de Acción Democrática
y Copei, y mucho menos de Primero Justicia, y no han saldado cuentas de su participación en la larga coyuntura.
Pero no solo es que no saldan cuentas, acusa Soto Rojas, sino que su proyecto “sigue siendo de factura estadounidense, y está sujeto a los vaivenes de esa política. No tiene un proyecto estratégico, nacional, alternativo al proyecto bolivariano. Además, el proyecto que se desarrolla en Europa ya el pueblo lo derrotó”.
-¿La oposición tiene algo que reivindicar del 23 de Enero?
-A la Junta Patriótica y a Fabricio Ojeda, pero ellos asesinaron a Fabricio Ojeda. Ellos fueron perseguidores de ese proyecto. En cambio, hoy con la Revolución Bolivariana perseguidores y perseguidos podemos convivir, con el liderazgo de Chávez.
-¿A qué se refiere con saldar deudas?
-Está planteado avanzar en la unificación programática del pueblo venezolano. Eso incluye al pueblo que vota por la Revolución y al pueblo que se opone. Eso pasa por tener una oposición seria, que no existe, y que debería tener dos elemento centrales: respetar la Constitución y el programa de la patria y una relación democrática al margen de guarimbas, golpes de Estado e iniciativas guardadas bajo la manga. Eso requiere un tiempo.
Pero, tal como lo advierte el diputado bolivariano, “lamentablemente los sectores fascistas minoritarios siguen tratando de tomar la iniciativa en el seno de la oposición, como es el caso de Primero Justicia, Voluntad Popular y los personajes que representan a esas organizaciones”.
Hace 55 años la Junta Patriótica llamó a la unidad nacional, resaltó Soto Rojas. “Hoy debemos volver a llamar a la unidad nacional de nuestro pueblo, porque nos estamos enfrentando a un Estado invasor (Estados Unidos) en el siglo XIX, en el siglo XX y en el siglo XXI, y que desarrolla una política de desestabilización contra Venezuela y el liderazgo de Chávez. En realidad es el complejo industrial-militar el que manda”.
PROYECTOS OPUESTOS
Para ese 23 de enero de 1858 había dos proyectos opuestos: el del Pacto de Punto Fijo, “que era la ratificación del régimen representativo burgués; y el de la Junta patriótica, que no llegó a sistematizarse con la historia del pasado, porque nos olvidamos de Bolívar y del proyecto bolivariano”.
-¿Eran irreconciliables los dos proyectos?
-La burguesía nos barajó el dominó, y nos puso la Junta de Gobierno con Wolfgang Larrazábal, Eugenio Mendoza y Blas Lamberti, que reordenaron el país a su manera.
El Pacto de Punto Fijo, que se desarrolló entre 1958 y 1998, no era conocido por el pueblo. “Se hizo entre gallos y medianoche, lo aprobó una minoría. El Puntofijismo nunca discutió con el pueblo su proyecto de Estado y de sociedad. Jamás”.
Tal como lo refiere Soto Rojas, el plan de la Junta Patriótica “llegó hasta el derrocamiento de Pérez Jiménez, y se perdió la iniciativa política”. La realidad, admite, es que “cometimos el error de ampliar la Junta Patriótica con sectores de la burguesía. Se desdibujó y la desprestigiaron, y a los irreductibles los asesinaron”.
-¿Pudo haber sido de otra manera?
-No podemos actuar sobre suposiciones. Hay que analizar las realidades históricas concretas, y la realidad fue esa. Nos habíamos olvidado de nuestra historia porque todavía, esencialmente en la
izquierda, privaba la concepción eurocentrista, sin analizar nuestro propio pasado.
Soto Rojas rememora que la presión popular, en ese 1958, obligó a modificar la primera Junta de Gobierno.
-¿Por qué aceptaron a empresarios?
-Por no tener comprensión real, por ausencia de una estrategia de poder. Pero uno revisa los personajes que estuvieron en esos acontecimientos, y la realidad es que los que sobrevivieron vacilaron después en el proceso bolivariano.
UNA QUIJOTADA
Fernando Soto Rojas recuerda los días previos al 23 de enero de 1958 como jornadas de intensa organización. “Dos días antes hicimos una reunión con Moisés Moleiro. Le pregunté si algo cambiaría sobre lo planificado para la fecha, y me respondió ‘la suerte está echada y la huelga va’. Le pedí que me explicara cuál sería la retirada en caso de fracaso, pero no había retirada. No había ningún plan de retirada. Fue una quijotada”.
El propio 23 de enero “nos mandaron para el este de Caracas. Fuimos agitando a estudiantes para parar esa zona, pero todo fue espontáneo. Y cuando sonaron las campanas de las iglesias fue grande. Ese día tampoco aparecieron los periódicos”.
“Cuando llegué a El Silencio estaba todo resuelto”, subrayó. “El pueblo salió con banderas. Participé en una marcha frente a radio Rumbos”.
El régimen perezjimenista “ya había entrado en la descomposición total”.
-¿Usted vio irse a Pérez Jiménez?
-Como buen cobarde se fue, como lo hizo Pedro Carmona Estanga en el año 2002. La dirigencia opositora está caracterizada por las estampidas, por dejar embarcada a la gente. Los oligarcas del siglo XIX al menos peleaban.
OPOSICIÓN MARCHA HACIA EL OSTRACISMO POLÍTICO
Tajante como siempre, Fernando Soto Rojas asevera que la argumentación opositora contra el presidente Chávez y sobre el 23 de Enero de 1958 “no tiene legitimidad popular, no tiene legitimidad constitucional y no está en el ambiente político del país”.
En su opinión, los dirigentes del antichavismo “marchan hacia el ostracismo político”, y lo mejor que pueden hacer en estas circunstancias “es no buscar el atajo conspirativo, porque les va a doler más duro que hace 10 años”.

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