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domingo, 27 de noviembre de 2011


CINCO ESTUDIANTES SECUESTRARON EL PRIMER AVIÓN COMERCIAL 
Hace 50 años, Miraflores fue bombardeada de volantes 
UN HECHO HISTÓRICO DESDE LA PERSPECTIVA DE UN RENEGADO.
PARTICIPANTE EN LA ACCIÓN.
Paiva reconoce que el acto subversivo fue romántico.
ORLANDO ALVIÁREZ

En noviembre de 1961, Venezuela cumplía un año con las garantías constitucionales suspendidas. Se vivía un estado de violencia política que, para algunos, se acercaba a una guerra civil.
Desde Cuba, Fidel Castro alentaba a los grupos de izquierda. El presidente Rómulo Betancourt se enfrentaba a presiones internas y externas.
En medio de ese ambiente, el 27 de noviembre se produce el secuestro de un avión comercial que cubría la ruta Caracas-Maracaibo. Cinco jóvenes, fuertemente armados, le pidieron al piloto, capitán Juan Nolck Cárdenas, que sobrevolara Caracas para lanzar 1 millón de volantes en que identificaban la operación con el nombre de Livia Gouverneur y reclamaban el retorno de las garantías constitucionales. Luego de inundar de papeles el centro de Caracas, el avión siguió a Curazao, donde los piratas del aire fueron apresados y devueltos a Venezuela. Gustavo Machado, dirigente del PCV, los bautizó como "Los Aguiluchos".
De esa aventura ha pasado medio siglo. Antonio Paiva Reinoso, presidente de Economistas Consultores, CA, era uno de esos "Aguiluchos".
"El triunfo de Castro significó para la izquierda latinoamericana un terrible dilema porque, con los métodos ortodoxos, con la participación en elecciones, con la lucha sindical y la lucha política, la izquierda no había avanzado mucho, y con el triunfo de Fidel se plantea la necesidad de tomar el poder. Había todo el clima para que esa insurgencia tuviera alguna viabilidad aunque fuera teórica. El devenir demostró que no había condiciones objetivas para ello", relató.
Paiva Reinoso recordó que el PCV, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (un derivado de AD) y otros grupos de izquierda "se plantearon pasar a la acción en contra de la dirección de los partidos que creían que las condiciones no estaban dadas para eso. La juventud creía que había que echarle pichón".
En medio de esa disyuntiva, ocurrió la muerte de la estudiante Livia Gouverneur: "Entonces se decidió hacer una acción que tuviera impacto a nivel mundial para decir que en Venezuela había rebeldía, que había grupos de izquierda que querían tomar el poder. Se planificó la operación en la que participaron José Rafael Bosques Figueroa, Efraín Enrique León Ascanio, Rubén Bacilio Palma Delgado, Gilmer Bracamonte y Antonio Paiva Reinoso".
A esta altura, ¿qué piensa de Betancourt?
Creo que era un gran demócrata. Mucha gente recuerda lo que hicimos como un acto romántico, con mucho de aventura a lo Robin Hood y yo lo acepto así, no me arrepiento de lo que hice porque uno tiene que ser responsable con sus actos y sus acciones; pero políticamente eso fue un grave error. Era la primera vez que en Venezuela se podía elegir libremente los gobernantes, podía iniciarse un proceso de evolución, de avance en conquista socioeconómica. La labor que hizo Juan Pablo Pérez Alfonzo, con el respaldo de Betancourt, permitía ganar cada día más soberanía en el manejo del recurso petrolero. Los intentos que se hicieron por mejorar las condiciones de la gente, sobre todo en el área de educación, fue un esfuerzo tremendo que hay que reconocer. Hoy puedo afirmar que aquello fue un acto irresponsable; no sólo el que nosotros hicimos, sino las insurgencias de la izquierda, que se adornó de mucho romanticismo y mucha epopeya pero desde el punto de vista político fue un rotundo fracaso.
Paiva abandonó el marxismo cuando se dio cuenta de que "sólo es una excusa para la justificación de gobiernos dictatoriales y autoritarios, porque en ningún caso con el marxismo se ha enriquecido la libertad del pueblo y de las personas".
El presidente Chávez habla de marxismo. ¿Tendrá este Gobierno el apoyo que a ustedes les faltó?
Creo que desde el punto de vista político no tiene ese apoyo. Hay un apoyo comprado sobre la base del dominio del presupuesto público que con misiones, dádivas y transferencias directas se compra un apoyo electoral. Pero el balance que hago es que cada día son peores las condiciones de la gente. Hay deterioro del empleo, hay deterioro en la calidad de vida. Los servicios no sirven, no funcionan. Incluso, algo que ellos pregonan, que es el rescate de la soberanía, la han rescatado para entregársela a los cubanos y a unos terroristas como son los iraníes. Hoy dependemos más del petróleo… Esto de revolución lo único que tiene es el concepto físico, que es la velocidad que tarda un circuito en volver a un mismo punto y en este caso es regresivo porque lo que hemos hecho es llevar a Venezuela a las condiciones que teníamos en los años cincuenta. Cada día nos aislamos más.
Paiva aclara que su posición es individual, que no involucra a los otros cuatro que lo acompañaron ese 27 de noviembre.
Los cinco "Aguiluchos" fueron juzgados y condenados a cinco años de prisión en la Cárcel Modelo de Caracas por porte ilícito de armas y constreñir a otras personas a actuar en contra de su voluntad. Para entonces, la piratería aérea no estaba contemplada como delito ni como expresión de lucha política, que en Venezuela se estrenó con el secuestro de un DC-6 de Avensa con 36 pasajeros a bordo. 
Chino Daza

domingo, 20 de noviembre de 2011


Cometida por el gobierno de Carlos Andrés Pérez

Realizan actividades en conmemoración de la masacre de Macarao


Este domingo se llevaron a cabo diversas actividades para recordar los asesinatos cometidos durante la rebelión estudiantil de 1990, en especial la Masacre de Macarao. Las actividades iniciaron con una misa que se efectúa en la Capilla La Resurrección, en Ruiz Pineda, en la parroquia Macarao. Posteriormente, se tiene prevista la realización de un concierto, en el que participarán Los Guaraguao; Colectivo La Cantera; Alí Alejandro Primera; Dame Pa` Matala, entre otros. Jimmy Hernández, quien luchó por el derecho al pasaje estudiantil y fue asesinado en noviembre de 1991 frente al liceo Andrés Bello, en Caracas, forma parte de los más de 50 estudiantes que murieron por participar en manifestaciones durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Una semana después del fallecimiento de Hernández, ocurrió la masacre de Macarao, en la que fueron asesinados otros dos estudiantes. En la actividad que se efectúa este domingo en la parroquia Macarao, participan el Vicepresidente Ejecutivo, Elías Jaua y el Ministro del poder popular para el Deporte, Héctor Rodríguez, entre otros integrantes del Gabinete Ejecutivo venezolano. vicepresidente Ejecutivo, Elías Jaua, junto a los ministros del Poder Popular para la Educación y del Poder Popular para el Deporte, Maryann Hanson y Héctor Rodríguez, respectivamente, además de Verónica Guerreo, dirigente Estudiantil y directora del Consejo Federal de Gobierno y familiares, amigos y compañeros estuvieron presentes en el acto para recordar y reforzar los ideales de la Revolución y las luchas de las que hoy se ven sus frutos. “La situación que nos tocó vivir a nosotros fue muy fuerte. Eso en la actualidad ha cambiado”, dijo Jesús Reyes, dirigente estudiantil de los años 90 y compañero de estudio de Jimmy Hernández, asesinado en la Rebelión Estudiantil y quien dio su vida luchando por el derecho del pasaje estudiantil. “Los jóvenes de hoy tienen la responsabilidad de continuar y guiar al Gobierno para que éste pueda profundizar la revolución”, acotó. Siete días después de la muerte de Jimmy Hernández, sucedió la masacre de Macarao, donde murieron dos niños y un soldado. Cabe destacar que en el contexto del gobierno de Carlos Andrés Pérez más de 50 estudiantes fueron asesinados, sumados además a la masacre del 27 de Febrero. Durante la actividad y como homenaje se “pasó lista” de los estudiantes muertos en la Rebelión: Matiel Páez, Manuel Vera, Elvis Brito, Julio González, Julián Páez, Jesús Falcón, Francisco Martínez, Darwin Delgado, José Delgado fueron entre otros los personajes que hicieron vida en esa lucha.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La represión estudiantil del puntofijismo Nueva década, acoso repotenciado
En los años 80 se resquebrajó el poder del pacto de Puntofijo debido al descontento social que generaron las políticas de sus gobiernos, pero la agresión contra los estudiantes fue de las más sangrientas en la historia contemporánea de Venezuela
A partir de la firma del Pacto de Punto Fijo, venezolanos y venezolanas con ideas progresistas iniciaron una lucha armada contra el gobierno, constituyéndose en frentes guerrilleros diseminados por todo el territorio nacional, pues se resistían a observar desde la barrera cómo una élite asociada a Acción Democrática y Copei manejaba el dinero y los destinos de la nación en perjuicio de quienes decían representar.

Estos frentes estuvieron conformados por un gran número de estudiantes, y las universidades fueron fuente de apoyo logístico a los rebeldes, razón por la cual, durante los gobiernos de la IV república no cesaron ni la persecución contra dirigentes estudiantiles, ni los allanamientos a las universidades.

Mientras el gobierno, amparado en la bonanza petrolera, propagaba las “virtudes” de un nefasto sistema de acumulación de bienes materiales, las universidades y los centros de educación media eran escenarios de discusión política sobre problemas tanto académicos como nacionales e internacionales.

En tanto, un grupo de estudiantes universitarios y de educación media ingresaba en las filas del frente guerrillero Américo Silva que, aún con la llamada pacificación del gobierno de Rafael Caldera, se mantenía en pie de lucha en contra del régimen del Pacto de Punto Fijo.

Cantaura, triste recuerdo

El 4 de octubre de 1982 en la población de Cantaura (estado Anzoátegui), fueron asesinados 23 jóvenes revolucionarios, casi todos estudiantes y luchadores sociales, durante la llamada “Operación Exterminio”, ejecutada por comandos policiales de la antigua Disip (Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención), a las órdenes de su propio director, Arpag Bango; y por un componente militar bajo el mando del entonces ministro de la Defensa, Vicente Narváez Churión.

Mandaba en el país un presidente copeyano, el proverbial Luis Herrera Campins.

Esa madrugada, los cuerpos represivos del Estado utilizaron helicópteros, aviones bombarderos Canberra y Bronco, así como más de 1.000 efectivos del Ejército y la Disip para asaltar el campamento donde se reunían, perpetuando uno de los crímenes más grotescos cometidos por los gobiernos del puntofijismo.

Durante la operación criminal murieron los estudiantes revolucionarios María Luisa Estévez Arranz (27), estudiante de Arquitectura en la Universidad Simón Bolívar (USB) y de Zootecnia en la de Oriente (UDO); Jorge Luís Becerra Navarro (20), estudiante de la UDO; Mauricio Tejada (24), estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV); Julio César Farías Mejías (20), dirigente estudiantil de la Escuela Técnica Industrial (ETI) de Barcelona; Nelson Antonio Pacín Collazzo (23), cursante de Economía de la UCV; Enrique José Márquez Velásquez (32), alumno de la UDO-Sucre; José Miguel Núñez (29), estudiante de la UCV; Baudilio Valdemoro Herrera Veracierta (18), estudiante de bachillerato; Ildemar Lorenzo Morillo (23), cursante de la UCV; Carlos Alberto Zambrano Mira (31) y Sor Fanny Alfonzo Salazar, socióloga egresada de la UDO.

Este hecho, conocido como “la Masacre de Cantaura”, fue un fuerte golpe para el movimiento estudiantil, el cual se mantuvo alejado de la lucha armada durante varios años.

La “masacre” de Tazón

Si bien la crisis económica de 1983 fue el inicio del fin del sistema puntofijista, las universidades públicas fueron las primeras perjudicadas, puesto que el presupuesto destinado a la educación superior se redujo.

Debido a esto, las autoridades de diferentes universidades del país habían previsto generar ingresos a costa de los estudiantes, implementando medidas tales como el aumento del precio del comedor y el cobro tanto del transporte universitario como de los estacionamientos, entre otros servicios.

Ello impulsó a un grupo de estudiantes de la Facultad de Veterinaria y Agronomía (del núcleo de la UCV en Maracay) a trasladarse a Caracas en cinco autobuses con el objetivo de pedir un derecho de palabra en una reunión que se celebraría en el Rectorado para exponer las razones por las cuales no debían tomarse esas medidas.

Era el 20 de septiembre de 1984, tiempos de Jaime Lusinchi, el presidente bonachón.

Fue entonces cuando, por órdenes del entonces ministro de Relaciones Interiores, Octavio Lepage, quien fue avisado por Edmundo Chirinos, rector de la UCV, los autobuses fueron detenidos en la alcabala de Tazón por efectivos de la Guardia Nacional. Cuando los manifestantes quisieron mover los autobuses, ejerciendo su derecho a la protesta pacífica contra las órdenes impuestas, más de 200 estudiantes desarmados fueron abaleados sin contemplación.

El saldo fue de 32 heridos, ocho de gravedad.

Aunque no se registraron muertos, este hecho recibió el nombre de la “Masacre de Tazón” y mantuvo a estudiantes de todo el país en protestas de calle contra de la represión, durante varios días.

Balas contra piedras

En 1987 la situación del país en general y universitaria en particular, era un polvorín como consecuencia de las protestas por el desmejoramiento de la calidad de vida del venezolano.

Entonces, el asesinato del estudiante de la Universidad de Los Andes (ULA) Luís Carballo Cantor, el 13 de marzo de ese año, por motivos fútiles, a manos de un conocido dirigente adeco del estado Mérida, se convirtió en el detonante de fuertes protestas enfrentadas con una violenta represión policial.

Las fuerzas represivas del Estado allanaron e intervinieron la ULA, y acordonaron militarmente la ciudad de Mérida. La acción produjo numerosos detenidos y heridos, y generó un mayor malestar en el movimiento estudiantil nacional.

Poco más de un mes después, los universitarios volvieron a rebelarse en diferentes ciudades del país, en esta ocasión por el aumento del pasaje del transporte urbano.

Mérida, San Cristóbal, Caracas, Los Teques, Barquisimeto, La Guaira y Maracaibo fueron escenario de las manifestaciones con un agregado: se sumó el movimiento social organizado, el cual convocó a una marcha pacífica para el 30 de marzo de 1987.

Llegada la fecha, estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) no pudieron salir a marchar porque la Policía Metropolitana irrumpió por la entrada de Las Tres Gracias de una forma tan brutal, que 30 estudiantes resultaron heridos (la mayoría por armas de fuego). Eran días de balas contra piedras y consignas.

En un comunicado del Consejo Universitario de la UCV, publicado en la prensa nacional el 4 de mayo de 1987, se describe la ferocidad del ataque: “Durante largo tiempo y bajo la mirada atónita de las Autoridades Universitarias, la Policía Metropolitana estuvo disparándole a los estudiantes. No pareció suficiente el atropello contra seres humanos, sino que con insólito ensañamiento, la policía arremetió contra los vehículos que se encontraban a su paso, destruyéndolos con las culatas de escopeta y disparando perdigones a los vidrios y carrocería de los automóviles estacionados”.

El texto narra cómo desde el rectorado se intentó, sin éxito, la comunicación con el presidente Jaime Lusinchi o con los entonces ministros del Interior, José Angel Ciliberto, y de la Secretaría, Carmelo Lauría, mientras seguía desarrollándose “el acto vandálico” de la PM “que arremetía disparando a quemarropa contra estudiantes que incluso yacían derribados”.

Hubo allanamientos de residencias estudiantiles privadas ubicadas en los alrededores de la ciudad universitaria y en parroquias caraqueñas.

El gobierno adeco, que al día siguiente de los hechos negó haber ordenado el allanamiento de la UCV, ante la contundencia del comunicado, justificó el desproporcionado ataque con la poco original excusa de que Venezuela estaba ante el desarrollo de un “plan terrorista calcado de los años 60”.

El 12 de mayo de 1987, fue allanada la Universidad del Zulia (LUZ). Durante la operación, en la que actuaron tanques de guerra del Ejército y vehículos antimotines de la Guardia Nacional, resultaron heridos cinco estudiantes de las facultades de Ingeniería y de Derecho.

El mandatario de la entidad, Omar Barboza (AD), aderezó la excusa gubernamental del combate al “plan terrorista de los 60”, cuando informó sobre la detención de dos presuntos guerrilleros colombianos en medio del operativo.

Una vez más la realidad ponía en evidencia la práctica de una renovada versión del terrorismo de Estado practicado por los presidentes del puntofijismo desde los años 60.
Prensa MinCI / Luis Eloy Pacheco

martes, 1 de noviembre de 2011

HOMENAJE A LIVIA GOUVERNEUR EN LOS CINCUENTA AÑOS DE SU ASESINATO



Salón Simón Bolívar
Universidad Bolivariana de Venezuela 9:00  1° de Noviembre
Con motivo de conmemorarse el primero de noviembre del presente año el cincuentenario de la muerte de Livia Gouverneur el Colectivo para la construcción de la memoria de los años 60 y la Universidad Bolivariana de Venezuela, con sede en Los Chaguaramos, están convocando a un conversatorio donde participarán los contemporáneos de dicha líder estudiantil explicando importantes aspectos de la lucha revolucionaria de los años 60 y el papel destacado que jugó esta mujer revolucionaria en dicha contienda
Livia Margarita Gouverneur Camero fue una estudiante universitaria militante de la Juventud Comunista de Venezuela que participó en las luchas populares de comienzos del gobierno adeco de Rómulo Betancourt quien contó con el apoyo del partido COPEI dirigido por Rafael Caldera y la Unión Republicana Democrática (URD) presidido por Jóvito Villalba.
            Como se sabe el gobierno del pacto de Puntofijo firmado el 3 de octubre de 1958, encabezado por Betancourt hizo doctrina la orden según la cual los cuerpos represivos debían “Disparar primero y averiguar después” a los dirigentes del Partido Comunista de Venezuela (PCV), lo que generó una ola de protestas populares y en una de ellas cae bajo las balas la joven camarada universitaria el día 1 de noviembre de 1961, hecho este que obliga tanto al PCV como al MIR a asumir las armas en las montañas de Venezuela.
            Livia Gouverneur no fue solo una dirigente estudiantil sino que participó en la organización del movimiento popular en el estado Yaracuy donde había iniciado dicho trabajo el educador Máximo Temporal López, de su trayectoria política hablaran en dicho conversatorio convocado para el 1 de noviembre en la planta baja de la UBV, a las 9:00 am, sus contemporáneos entre los que se destacan Jesús “Flaco” Vásquez, Luis A. Bigott, Andrés “Papote” Aguilar, Juan Vicente Cabeza, Rafael Bosque y otros.