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domingo, 15 de enero de 2012


Soldado del 4F: “En el 92 mi salario alcanzaba para un pote de leche”


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Abría la noche del 3 de febrero de 1992 cuando un grupo de capitanes, sargentos y soldados de los batallones de paracaidistas Agustín Codazzi y del Ayala de Maracay iniciaban la toma de Fuerte Tiuna. José Ildemaro Gonzalo Yánez, cabo primero del batallón Ayala, contó que sólo dos disparos bastaron para que la insurrección militar lograra tomar la Comandancia General del Ejército.

—¿Cuál era la situación de las FFAA antes del golpe de Estado?

—Era crítica. El ejército en aquella época tenía una dotación pésima. Mi salario como cabo primero era de 300 bolívares y sólo alcanzaba para comprarle un pote de leche a mi hijo. No recibíamos siquiera las tres comidas diarias. Pero sobre todo no había la libertad que ahora disfrutan los militares.

—¿Cómo fueron esos días antes del 4 de febrero?

—Eran días en el que ya se presentía en el ambiente que algo iba a pasar. El 2 de febrero Chavéz nos citó, a las tres de la tarde, en el patio de la brigada de paracaidistas y nos informó que teníamos que prepararnos para ir a Caracas. Íbamos para la batalla.

—¿Por qué decidiste participar?

—Decidimos agarrar las armas porque nosotros veíamos cómo CAP llevaba el país en pedazos. Cuando Chávez dijo: “Vamos a la batalla”, decidimos luchar.

—¿Cómo era el ambiente?

—Mucha tensión. Pero cuando nos pusimos las boinas y brazaletes rojos nos entró una fuerza… Estábamos dispuestos a todo.

—¿Qué hicieron en Caracas?

—A las siete de esa noche llegamos a tomar la Comandancia General del Ejército en Fuerte Tiuna. El capitán Ortega Díaz, comandante de mi compañía, estableció la estrategia. Sólo dos disparos fueron necesarios. Nadie se resistió. En dos horas todos se entregaron.

—¿Cómo te sentiste cuando falló la rebelión?

—Triste, asustado. Se habló de fusilamientos. Luego con la baja vinieron tiempos de persecución. No encontrabas trabajo. La Disip allanó mi casa y me dio 19 peinillazos.

—¿Qué crees que hubiera pasado si el 4F hubiera tenido éxito?

—Yo le doy gracias al poder de Dios porque Chávez entregó las armas para que no hubiera derramamiento de sangre. Dios permitió este alzamiento militar. Si no hubiera sido por el 4F, Chávez no habría llegado a Miraflores y no tendríamos la revolución que tenemos ahorita y que estamos dispuestos a defender hasta la muerte con las botas puestas. 

ANDRÉS PARAVISINI RODRÍGUEZ/CIUDAD CCS

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