MEMORIAS DESDE LA INSURGENCIA / Pedro Reyes Millán el eterno guerrillero
Pedro Reyes Millán (Premio Nacional de Cultura Popular 2007- 2010) sigue siendo el mismo combatiente que le tocó resistir las torturas de decenas de esbirros de la “democracia puntofijista” para guardar el secreto que le confiaba la guerrilla urbana y la rural a su militantes en post de la liberación nacional y el socialismo, hoyél es un tesoro de las memorias de un período histórico que muchos intentaron e intentan callar.
Es margariteño, vivió muchos años en Caracas y el destino librepensador lo llevó a radicarse en Barinas donde es militante del Movimiento Argimiro Gabaldón, miembro del Instituto de Investigaciones para la Agricultura Tropical y maestro escultor de taparos que con la paciencia de un preso realiza ingeniosas creaciones que sólo la imperturbabilidad humana puede construir.
“A mi me gusta que se diga la verdad sobre lo ocurrido en la lucha armada, porque solo con ella salvaremos la justicia, queda mucha memoria por rescatar para las nuevas generaciones”, así se expresa cuando se reconoce todavía como combatiente guerrillero dispuesto a defender la Revolución Bolivariana hasta con su propia vida como lo hizo en distintos episodios de la lucha armada de los años 60, 70, 80 y 90.
Su biografía subversiva comienza con el sacrificio de integrarse como cadete de la Fuerzas Armadas a finales de la década del 50 cuando se acercaba la derrota de Pérez Jiménez para desde adentro provocar la insurgencia de otros compañeros de armas y cumplir con un compromiso que fue asumido por muchos jóvenes militantes del Partido Comunista y una Acción Democrática originariamente popular.
Poco faltó para que la Jefatura Militar dictatorial detectará sus intenciones y sale de baja pero no faltó tiempo para que, después de la traición de Betancourt al pueblo venezolano, se integrara al movimiento insurreccional militando en el MIR en el 60, ya formando las conocidas Unidades Tácticas de Combate o llevando armas y pertrechos para los primeros frentes guerrilleros del Centro y Oriente de Venezuela, donde la temeridad, la astucia y la responsabilidad política lo destinaba.
El cadete Reyes Millán en la Escuela Militar de Caracas. 1958. / Pedro Reyes Millàn
El rostro épico de Pedro Reyes Millán describe las fracturas inferidas por los golpes que recibió al ser capturado durante la presidencia de Raúl Leoni junto a su novia luego de liberarse del cerco policial y militar cuando era correaje del Frente Guerrillero Ezequiel Zamora en El Bachiller, pero la delación de Julio Romero alias Cibira, lo persiguió y la Digepol lo capturó para enviarlo una vez más a la cárcel donde se hizo un especialista en fugas libertarias, muchas organizadas por su equipo aunque él mismo no pudo salir para continuar la porfía de su credo político ideológico.
Hoy de nuevo Pedro Reyes Millán el guerrillero heroico, liberador de sus compañeros en fugas espectaculares y eterno combatiente se erige como un gladiador de figura ecuánimemente sencilla y firme como el roble margariteño o el acapro llanero para llamar a sus compañeros y camaradas a una nueva marcha libertaria y darle forma a una ley que haga de la verdad, la justicia, la memoria y reparación a la victimas de torturas asesinatos y desapariciones una bandera de lucha en tiempos de una Asamblea Nacional que cada día se convierte en el gran foro popular revolucionario.
Aldemaro Barrios R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario