ALÍ GÓMEZ GARCÍA COMBATIENTE Y POETA
CAYÓ EN CUMPLIMIENTO DEL DEBER
Hace
26 años dijo adiós…
El Capitán Alí Gómez García se marchó
ese 8 de mayo de 1985 con el cielo de Managua como testigo, defendiendo a toda
esa América a la que llamaba patria y
confirmando, hasta último momento, su firme propósito de morir siendo
revolucionario
La
parroquia La Vega
vio crecer al pequeño Alí entre juegos e ideales.
Sus
primeros pasos en la lucha social los dio de la mano del padre Francisco
Wuytack, en esa barriada caraqueña que reserva aún entre sus calles el recuerdo
de cómo nació y creció un auténtico revolucionario.
A
temprana edad cursó estudios de medicina en la Universidad Central
de Venezuela (UCV) y hasta pensó en ser misionero en su afán por hallar la
verdadera vocación que lo acompañaría hasta el final de sus días.
Raquel
Cartaya, revolucionaria y viuda de Alí, recuerda que se destacaba desde pequeño
y cómo en esos momentos de infancia nació entre ellos el amor que se mantendría
por siempre. “Desde pequeños compartimos vivencias y sentimientos.
Me
gustaba mucho conversar con él y me llamaba la atención todas las cosas que
hacía. Entre sus inventos no podré olvidar su colección de mariposas y su gusto
por escribir. A medida que fuimos creciendo, anhelábamos que llegaran las
vacaciones para vernos. Desde pequeños nuestras madres notaron que estábamos
enamorados.
Así
fue pasando el tiempo y llegó el momento de entrar a la universidad. Alí se
dedicó más a la parte política. Se la pasaba con gente de la Izquierda Cristiana.
Luego conoció al padre Wuytack que, para él, marcó una etapa en su vida muy
interesante”, aseguró Cartaya.
Luchar
por la reivindicación de los pobres y trabajar en los barrios fueron, a sus 14
años, las tareas que Alí Gómez se propuso desempeñar por la gente de la
comunidad que lo veía crecer y que lo apodó Alicate, porque era muy alto (media
un poco más de un metro 80).
En
1969, con apenas 17 años, decidió meterse en la guerrilla siguiendo las luchas
internacionalistas de héroes como Bolívar, Sucre, Miranda, Sandino, Martí y
otros patriotas. Viajó a Nicaragua y se sumó a las luchas del Frente Sandinista
de Liberación Nacional de ese país. “En lo particular me pareció como una
especie de Robin Hood que salía a defender a los pobres. Aunque le decía al
principio que prefería que se quedara en la ciudad porque había mucho trabajo
que hacer desde el mismo movimiento revolucionario de la UCV , era importante que
hubiera gente con claridad política. Pero él consideró que su paso por la
guerrilla lo iba a consolidar y lo haría conseguir la parte del revolucionario
que le faltaba”, señaló Cartaya acerca de la decisión de Alí por medir montaña
adentro su fortaleza y capacidad.
Durante
nueve años se llamó Nicanor, tiempo en el que se mantuvo firme en la lucha por
la soberanía y la independencia de las naciones de América como guerrillero
revolucionario. Para 1978 formando parte del Partido de la Revolución Venezolana
(PRV), éste decide enviarlo para que participe en la última insurrección
sandinista. “Se da el triunfo de la Revolución Sandinista
y decidimos unir nuestras vidas al desarrollo de esa revolución.
Por
eso viajé a Nicaragua con nuestro hijo mayor, Toribio, apodado cariñosamente
como Mugre. Estando en ese país hermano, vimos nacer nuestros otros dos hijos
Nicanor
(seudónimo de Alí en la guerra de Nicaragua) y Fania”, explicó Cartaya.
Alí
desempeñó diferentes funciones en el campo militar. Incluso fue director y
subdirector de varias escuelas militares.
En
el Ministerio del Interior llegó a ser ofi cial de preparación combativa de las
tropas especiales. Fue en el cumplimiento de ese cargo cuando cae en combate el
8 de mayo de 1985.
CON
TINTA REVOLUCIONARIA
El
Capitán Alí Gómez García desarrolló su pasión por el oficio de narrar, luego de
nacer su hija Fania en enero del año 83.
“Con
el nacimiento de Fania comenzó a escribir un libro porque estaba fastidiado de
hacer currículos. Por eso decide hacerlo, para poder entregarlo cuando lo
mandaran a hacer un currículo. Leyéndolo podrían saber lo que había hecho
durante su trayectoria. Recuerdo que esas primeras hojas del libro, escritas a
mano por él, me causaron mucha risa. Su ingenio marcó hasta el título del
libro. Pensó que muchos de los personajes que aparecen en su texto dirían que
la historia era falsa.
Algunos
creerían que utilizaba un lenguaje de manera maliciosa en una historia que
podía considerarse escandalosa, porque de algo sencillo sacó algo muy grande.
Ahí
se le ocurrió el título Falsas, Maliciosas y Tendenciosas Reflexiones de un
Ñangara,
y
ese ñangara era el mismo”, explicó Cartaya sonriente.
Un
día el revolucionario decide mandar a concursar su creación literaria a la Casa de las Américas con una
emisaria que viajaría a Cuba. Siendo uno de los últimos textos en entrar al
concurso. Para sorpresa de todos, resultó ganador en la categoría de
testimonios. Noticia que recibió, luego de pensar y pensar en el destino de sus
escritos, el 12 de febrero de 1985.
“Su
recompensa fue poder viajar a Cuba el mes de abril del 85 para realizar las
respectivas revisiones literarias siempre defendiendo sus ideales. Cabe
destacar que la editora le comentó que había cosas mal escritas, sin darse
cuenta que ahí radicaba la particularidad del libro de Alí. El escribía como
hablaba el pueblo. Relataba lo que oía y lo que decían señaló Cartaya acerca
del escritor revolucionario que nunca pensó en sus propios beneficios.
¿Qué
te parece si le damos el dinero del premio a la Revolución Sandinista ?,
preguntó Alí a su hijo Mugre, de apenas 11 años, en relación a los 3 mil
dólares que le otorgaría Casa de las Américas por haber resultado ganador.
Papi,
nosotros nunca hemos tenido dinero y siempre hemos sido felices, respondió el
primogénito.
El
momento de júbilo para la familia Gómez quedó empañado meses después ante la
muerte del revolucionario.
DE
ESPÍRITU VISIONARIO
Alicate
mezcló su espíritu revolucionario con la creatividad demostrada en el arte de
escribir y dejó un legado que quedará en la posteridad con los títulos:
“Falsas, Maliciosas y Tendenciosas Reflexiones de un Ñangara” y “Francisco de
Miranda, Peregrino de la
Libertad ”, histórica obra que terminó el inesperado día de su
muerte.
Como
buen visionario siempre mencionaba la importancia de rescatar la imagen de
Francisco de Miranda. “Me impresionó cuando escuché de labios del Presidente su
llamado a reivindicar a este prócer. También recuerdo claramente cuando a raíz
del premio Casa de las Américas en el año 85 le hicieron una entrevista en
Managua y le preguntaron quién podía ser la persona que liderara la revolución
venezolana. Él contestó que los venezolanos siempre habíamos buscado un líder
dentro de las figuras de la izquierda.
Pero
que podía salir del ejército venezolano.
Un
ejército formado sobre el espíritu del pensamiento bolivariano. La mayoría de
los miembros del Ejército son gente del pueblo. Cuando se da el golpe de Estado
y comenzamos a ver cómo Chávez se perfila como una figura política, entendí ese
pensamiento de Alí, entendí que era un visionario”, aseguró la revolucionaria.
Una
decisión familiar dispuso que los restos del Capitán Alí Gómez García
permanecieran para siempre en tierras nicaraguenses.
Pueblo
que reconoce su labor como revolucionario y que bautizó con su nombre diversas
zonas de Managua, como forma de agradecimiento a este venezolano que entregó su
vida por esta patria hermana.
Según
la flaca, como era llamada Raquel Cartaya por Alí, el mejor homenaje que se le
puede hacer es publicar sus libros.
Porque
en vida su mayor satisfacción la vivió al presenciar el triunfo de la Revolución sandinista.
Disfrutó en carne propia el logro que por tanto tiempo deseó para su país y que
no pudo ver materializado. A 25 años de su partida se le recuerda como ese
revolucionario alegre que mantuvo a toda América como patria y que a veces decía
estar: “jodido pero contento”.
R:
Juan Diego Marichal
G:
Cortesía Raquel Cartaya / Caracas
Fania
Gómez, hija menor del revolucionario comentó que es “un gran compromiso tener
su apellido. A veces no puedo mensurar las dimensiones de eso.
Desde
mi humilde esfuerzo he tratado de aprender muchísimo de él, conocer de su vida.
He
buscado mis raíces en él tratando de hallar explicaciones sobre la forma en que
vivimos, sus decisiones y los por qué de sus actos.
He
conseguido consuelo en sus cartas y libros.
Lo
más valioso que la gente debería conocer de mi papá es ese pensamiento
bolivariano que defendió hasta la muerte, era digno alumno de Bolívar. Luchó
por la reivindicación y la autodeterminación de los pueblos. Su primer libro es
bastante bueno y hasta jocoso porque escribía para el lector y desde el lector.
A 25 años de su muerte lo tenemos presente”, indicó
Publicado
por Circulo Bolivariano Fabricio Ojeda
Buenas Nochesa Cr@s Bolivarianos.
ResponderEliminarComo un gesto y reconocimiento al Hijo de nuestra America en Nicaragua en la 2da etapa de la revoluciòn un grupo de Cr@s (De armas dentro de las Filas del FSLN ) decidimos ponerle el Nombre de Alicate a una unidad de trabajo dentro del estado nicaraguense.
Todos los 8 de Mayo le recordamos con un acto sencilo dentro de la unidad y sus ex cr@s de armas.
Antes me mantuve en contacto con Cro. Freddy Balzan. A Raquel Cartaya saludos desde nustra Nicaragua libre y soberana.
Patria Libre ò Morir