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lunes, 4 de julio de 2011

ASESINATOS DURANTE EL GOBIERNO DE RAUL LEONI
TESTIMONIO DE Doña Rosa Rojas de Soto, MADRE DE VICTOR SOTO ROJAS Y FERNANDO SOTO ROJAS
El Comandante Sánchez, o sea, Trino Barrios, junto con Víctor Ramón Soto Rojas, quien era, por cierto, el Comisario Político y Heriberto Cartagena, quienes estaban acompañados de siete guerrilleros más, deciden irse hacia la zona de Sabana Grande de Orituco para hacer contacto con el correo de Caracas. Ahí los sorprenden sucesivamente en varios combates, se dispersan y algunos murieron, fueron capturados heridos, salvajemente torturados y rematados.
Al comandante Trino Barrios, comandante Sánchez, lo agarraron muy cerca de Altagracia de Orituco, junto con Víctor Ramón Soto Rojas, a quien lo desaparecieron; Trino fue llevado al campamento anti-guerrillero de Ipare de Orituco donde fue torturado bárbaramente y fusilado en la montaña de Los Colorados, y tres años después aparecieron sus restos y así pudo dársele cristiana sepultura en Caracas. Los de Victor Soto tienen 38 años buscándolos.
El oficial de la Guardia Nacional, Peña Peña, detuvo y torturó a numerosos campesinos del estado de Miranda. Tres de los prisioneros, entre los que se encontraban el dirigente campesino Trino Barrios y el dirigente juvenil Víctor Ramón Soto Rojas y Jesús María Hernández, fueron arrojados desde un helicóptero sobre las montañas de Miranda, en presencia de diez de sus compañeros detenidos que después fueron fusilados por haberse negado a hablar.
Para cuando Victor Ramón Soto Rojas es trasladado en helicóptero desde Cùpira hacia la montaña de El Bachiller era muy probable que había perdido el conocimiento por efecto de las torturas a las que fue sometido, luego de investigaciones realizadas por familiares y defensores de los derechos humanos presumen que fue colgado vivo desde el helicóptero y lanzado al vacío pendiendo de un mecate para que se estrellara contra los árboles de las montañas de la Serranía Maestra del Interior en los límites de los estados Guárico y Miranda.

TESTIMONIO DE UNA “MADRE ILUSTRE”
 Para cuando Víctor Ramón Soto Rojas fue trasladado en helicóptero desde Cúpira hacia la montaña de El Bachiller, era muy probable que hubiese perdido el conocimiento por efecto de las torturas a las que había sido sometido. Luego de investigaciones realizadas por familiares y defensores de los derechos humanos, presumen que fue colgado vivo desde el helicóptero y lanzado al vacío, pendiendo de un mecate para que se estrellara contra los árboles de las montañas de la Serranía Maestra del Interior en los límites de los estados Guárico y Miranda.

Doña Rosa Rojas de Soto
“Mi hijo se había graduado de sociólogo en la Universidad Central de Venezuela, tenía 30 años más o menos y yo le celebré ese grado bien bueno, se lo celebré allá en Altagracia con todos sus compañeros de estudio, con fiesta, comida, fue muy alegre”, rememoró doña Rosa.
 Víctor Ramón Soto Rojas era miembro del Buró Universitario del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, había luchado militantemente en la resistencia contra Pérez Jiménez como integrante de la juventud de Acción Democrática, y formó parte de la juventud del MIR al dividirse AD en 1961. El mes de junio de 1964 se incorporó al Frente Guerrillero Ezequiel Zamora, desde entonces se inició un cerco contra el frente. Hubo operaciones militares y una maniobra equivocada de la Comandancia después de librar varios combates de carácter defensivo desvió las operaciones a la zona de los llanos y es cuando la Guardia Nacional detiene a Víctor Soto Rojas.
 “Yo supe que lo agarraron en Altagracia y lo busqué y lo busqué y no lo encontré. Mis hijas lo buscaron y tampoco lo encontraron”.
 “Después que ese militar me dijo que mi hijo fue botado en la montaña, yo no lo seguí buscando, ni tampoco seguí sacando los avisos que todos los días publicaba en el periódico (Últimas Noticias) pagadas por mí para saber de mi hijo. Lo había matado el Gobierno de Raúl Leoni y Acción Democrática. Después de todos estos años sólo me queda el recuerdo, hoy para mí lo militar es nada (…) Yo vine a votar ahora por Chávez, porque antes no creía en los gobiernos”.
 “Mis deseos, vivir más no, hasta cuándo, todo cambia y se aleja con los giros de la situación. Amigos no hay, amistad verdadera es ilusión. A mí me encanta la poesía; Salmerón es mi poeta favorito. A todos que les vaya bien y que sigan con Chávez. ¿Qué se va ha hacer? Él es bueno”.
 Doña Rosa Rojas de Soto murió el 21 de marzo de 2008, a los 102 años de edad. Para cuando se le realizó esta entrevista había cargado por más de 40 años el recuerdo de la “desaparición”.
Su resignación, no obstante, no es motivo para dejar de sostener una actitud de reclamo y resistencia a un hecho tan oprobioso como la tortura y la violación del derecho a la vida, cuya responsabilidad llevan a cuesta los dirigentes políticos y militares de la IV República.
El 23 de octubre de 1905 nació Doña Rosa en el caserío Paural de Orituco, en los terrenos del musiú Vicente Gargano, una niña que fue llamada Rosa Servanda, hija de Eugenia Rojas y del abogado Luis Amestói, para ese entonces diputado legislativo a la Asamblea por el estado Miranda durante el gobierno de Cipriano Castro. A partir de ese momento comenzó su trajinar por la vida. Procreó ocho hijos: Ismenia Soto de Machado, Víctor Ramón Soto Rojas (+), Fernando Soto Rojas, Zoila Soto Rojas, Mirna Soto de Hernández, Pura Soto Rojas, Víctor Manuel Soto Rojas.
 Desde muy joven le atrajo la política y tuvo una notable influencia del general revolucionario Emilio Arévalo Cedeño, fuerte oponente al gobierno del dictador Juan Vicente Gómez.
Doña Rosa fue reconocida como “Madre Ilustre” por la Asamblea Nacional en 2005 por su dedicada trayectoria en la lucha revolucionaria.

ALDEMARO BARRIOS ROMERO

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